jueves, 24 de abril de 2014

POESÍA, NERUDA Y LAS FIGURAS RETÓRICAS...

Os dejo el poema de Pablo Neruda a partir del que hablábamos de las imágenes irracionales; también lo tenéis aquí recitado. Por último, un par de fragmentos de la película "El cartero de Neruda"; en el primero, el poeta habla de la función de las figuras retóricas en la poesía ("metáforas" dice él); en el segundo, se ilustra el poder de la poesía en las relaciones personales....

WALKING AROUND (P. NERUDA)
Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas moradas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
no quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos,
aterido, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

jueves, 3 de abril de 2014

TEXTOS LITERARIOS





Los textos literarios se diferencian de otros, en primer lugar, por su intención comunicativa, predominantemente estética, es decir, artística: constituyen una manifestación de la actividad humana mediante la cual el autor expresa una visión personal por medio de recursos lingüísticos.
En ellos se crea un mundo de ficción mediante un proceso mimético ( de imitación )de la realidad. Independientemente de la mayor o menor aproximación a la realidad evocada, el mundo creado en el texto literario siempre es imaginario.
En su proceso de creación, los textos literarios se ajustan a determinados modelos, los cuales determinan el género al que pertenecen: así, una obra literaria puede adscribirse al género lírico, al género narrativo o algénero dramático.
Los textos literarios pueden adopta la forma de prosa o la de verso. Estas modalidades textuales no son privativas de un género determinado: a lo largo de la historia literaria los tres grandes géneros han empleado ambos medios de expresión.
El lenguaje literario y la lengua común comparten el mismo código, pero se distinguen en sus objetivos. La lengua común es un vehículo de transmisión de información, mientras que el lenguaje literario es un medio para crear belleza. Las obras literarias pretenden transmitir emociones o contenidos nuevos y sugerentes mediante un
lenguaje connotativo y con una finalidad estética.
El lenguaje literario suele emplear un registro culto, cuyas principales características son las siguientes: cumple la función poética o estética, es innovador (dota a las palabras de nuevos sentidos), exige literalidad (cualquier cambio o sustitución destruiría el mensaje original), y se desvía de la norma mediante los recursos literarios (fónicos – aliteración, paronomasia-, morfosintácticos -anáfora, paralelismo- y léxico-semánticos –metáfora, comparación-), con los que, muchas veces, causa extrañeza al lector.
El lenguaje literario se manifiesta de forma distinta en cada uno de los géneros. En la lírica, predomina la expresión del yo, con recursos como la adjetivación valorativa; en la narrativa, destacan el estilo verbal y el punto de vista del narrador en el relato de las acciones; en el teatro, el diálogo da viveza al conflicto entre los personajes.